Sabemos que la primera referencia histórica, escrita, en la que se nombra a un noble guerrero llamado Arturo (usando la ortografía latina “Arturius”) pertenece al manuscrito escocés del siglo VII, la Vita Columbae.


San Columba era un monje misionero gaélico que desde Irlanda viajó a Escocia para cristianizar allí a sus gentes. Se instaló en la Isla de Iona y entre otras cosas escribió su biografía. En ella habla del rey Aidan y de sus batallas.

 

En este texto, San Columba, habla de Arturo, un príncipe que era el "hijo del rey Aidan" (rey de los escotos desde 574 dC).

 

Cuenta que Arturo y su padre, el rey Aidan, lideraron una coalición de reyes "britones" que lucharon contra los invasores pictos y sajones, y que Arturo nunca se convirtió en "rey", ya que fue "asesinado ... en la batalla de Miathi (región de los pictos del sur)”.

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