Ginebra, esposa del rey Arturo, amante de Lancelot.
La más bella. La reina.
Ginebra es la más “humana” de todas las mujeres principales de la saga,
a pesar de ello podemos rastrear unas raíces que nos dicen lo contrario en su propio nombre,
que significa hada blanca (Gwynn significa blanco en córnico, galés y bretón)
y en la función que cumple dentro de la leyenda.
Ginebra cumple la función de protectora del reino.
Tiene poderes aunque nunca se nombren,
y a que el bienestar de su tierra y de su corte está vinculado
a su capacidad de entrega como reina y cuidadora del reino.
Cumple una función nutricia, la de la Gran Madre que debe nutrir a todos:
al rey, al reino y al pueblo con su inteligencia, gentileza y dedicación, siendo capaz de renunciar a sí misma.
Ginebra al no renunciar a sí misma y amar a Lancelot causará el hundimiento de toda esa civilización,
por no ser capaz de someterse al patriarcado como este desearía.
Ginebra es el paradigma de la dama cortesana. Es la reina que preside las estancias, que recibe, que aconseja, la más bella, siempre sabe dónde ha de estar… Pero al mismo tiempo es un personaje muy complejo. Una mujer con el deseo de ser madre sin conseguirlo en la mayoría de relatos (en muy pocos relatos galeses sí han engendrado Ginebra y Arturo). En ocasiones sencillamente nunca se embaraza, en otros relatos son Morgana o Morcadés quienes la hechizan para que no pueda concebir, ya que quieren que reine Mordred, que también es hijo de Arturo, y además odian mucho a Ginebra normalmente por que es la representante femenina más cristiana de la saga, y la que ocupa un lugar que en la cultura celta podría haber ocupado una de las hermanas.
Ama a dos hombres. Se casa con el rey por que así lo decide su padre, en realidad. Y se enamora de forma natural, sin poderlo evitar, de Lancelot, un hermoso caballero, más cercano a su edad y que la entiende mejor.
Ginebra es una mujer muy interesante con una gran capacidad de amar y ser amada, que hace que la corte brille, que se interesa por todos, pero al mismo tiempo la dibujan constantemente como la damisela en apuros a la que un caballero ha de salvar. Siempre los hombres han de solucionar sus problemas (esto se lo hacen a todas, incluso a Morgana la ha de salvar Accolon, siendo ella una gran maga).
Es la representante del ideal del amor cortés, ese amor fuera del matrimonio que toda la sociedad entendía. Su papel va a ser maravilloso y digno hasta el siglo XV en que su infidelidad se va a convertir en la causa del hundimiento de Camelot. Antes de esto no era así. Sí que algunos autores, como María de Francia (una monja, probablemente) en su “lai” de Lanval dibuja a Ginebra como una mujer celosa, caprichosa y manipuladora, pero en los textos de Chretien de Troyes o de la Vulgata artúrica (Lanzarote en prosa) ella es absolutamente fabulosa, digna, bella, poderosa y terriblemente amada.
En el siglo XII Ginebra se nos presenta como un canto a la libertad, pero Malory (recordemos que entre otras cosas era un violador) decide hacer de ella una nueva Helena de Troya, que por amar a quien no correspondía destruirá y dañará a todo su mundo.
Bradley tampoco es muy amable con Ginebra. Decide que esta se eduque en un convento, cuando en la antigua tradición es galesa y por lo tanto celta, su nombre es absolutamente celta e incluso mágico.
Tradicionalmente se suponía que uno de los motivos de confrontación de Ginebra y Arturo es que él acaba siendo un estandarte del cristianismo, mientras que ella aunque acabe siendo cristiana sigue aferrada a su cultura. Sería un personaje puente en ese sentido, y simbolizaría el primer cristianismo celta que existió en la isla. Además esa tradición celta y por lo tanto más cercana a la naturaleza y la magia también sería un motivo de su acercamiento a Lancelot, quien a pesar de venir de la Bretaña francesa, ha sido educado por la Dama del Lago. Aunque en los textos acabe Lancelot también siendo uno de los paradigmas de caballero cristiano… Pero incluso con todas las reinterpretaciones y adaptaciones, Ginebra y Lancelot tenían mucho más en común que cualquiera de ellos con Arturo.